Atiendo toda la patología del aparato digestivo, no solo la que requiere un tratamiento quirúrgico en el momento de la consulta, sino, además, aquella que, como el reflujo esofagogástrico, la poliposís del colon, la disfunción de la vesícula biliar, etc…, puede requerir una cirugía en algín momento de su evolución.

También me encargo de toda la patología de la pared abdominal, fundamentalmente de todo tipo de hernias, así como de la cirugía oncológica de la cavidad abdominal.

Especial atención me merece el paciente que acude a consulta por dolor abdominal o pélvico: muchas veces supone un reto diagnostico y terapéutico.

Son pacientes que acuden a mí, tras haber acudido a servicios de urgencias y otras especialistas sin haber encontrado solución y que requieren una valoración cuidadosa y pruebas diagnosticas específicas, incluida la laparoscopia exploradora.

Aunque atiendo a todo tipo de pacientes, los pacientes mayores («mis abuelitos ») son mi debilidad. Son pacientes complejos, ya que con frecuencia tienen múltiples problemas médicos asociados, y que, además, requieren una forma de actuar muy especifica. Hay que medir mucho lo que se puede hacer para solucionar sus problemas y estar muy pendiente de las posibles complicaciones que puedan surgir durante la evolución, ajustando mucho la balanza de riesgos/beneficios para conseguir unos buenos resultados con la menor cantidad de secuelas posibles.